La primera máquina que realizaba cálculos de
manera autónoma fue inventada en 1642 por el gran matemático y filósofo francés
Blas Pascal. La máquina de Pascal era movida mediante una serie de ruedas
dentadas, numeradas del cero al nueve, alrededor de sus circunferencias y era
capaz de sumar y restar. La pascalina
abultaba algo menos que una caja de zapatos y era baja y alargada. En su
interior, se disponían unas ruedas dentadas conectadas entre sí, formando una
cadena de transmisión, de modo que, cuando una rueda giraba completamente sobre
su eje, hacía avanzar un grado a la siguiente.
Mediante una manivela se
hacía girar las ruedas dentadas. Para sumar o restar no había más que accionar
la manivela en el sentido apropiado, con lo que las ruedas corrían los pasos necesarios.
Cuando una rueda estaba en el 9 y se sumaba 1, ésta avanzaba hasta la posición
marcada por un cero. En este punto, un gancho hacía avanzar un paso a la rueda
siguiente.
En 1671 Gottfried Wilhelm Leibniz le adicionó
a la máquina de Pascal un cilindro diseñado especialmente para que fuera capaz
de multiplicar y dividir de manera directa fue posteriormente utilizado en las
máquinas de cómputo para decirles que debían calcular.
No hay comentarios:
Publicar un comentario